Todo empieza por casa

"Más vale llegar a tiempo que ser invitado" reza un dicho y así fue: "Huellas en la Luna" salió, oficialmente, de la imprenta el 10 de abril de 2019, justo un día antes de su primera presentación en el 10º Congreso Argentino de Tecnología Espacial a celebrarse en la Ciudad de Buenos Aires.

Esta primera foto del libro y su autor no alcanza para reflejar la inmensa alegría, pero vale como la primera de muchas que vendrían a lo largo de este 2019.

Las primeras en verlo obviamente fueron Sonia y Sofía, las reinas de mi vida, que soportaron el  proceso de casi dos años de escritura y corrección del libro; pasada la gran alegría inicial no había mucho tiempo que perder, los días 11 y 12 de abril eran los asignados para presentar por vez primera a Huellas y el libro debía estar acompañado (por idea loca de quien escribe) por un pequeño presente o souvenir ; un sacapuntas que representa al módulo lunar Eagle, del Apolo 11, pintado con sus colores originales, los mismos acompañarían a los primeros 50 libros que salieran a la venta para conmemorar el aniversario lunar.

Lo que originalmente fue pensado como un pequeño detalle terminó siendo casi un objeto de culto para los primeros lectores. La demanda es lo que manda y al final fueron más de 70 los módulos que acompañaron a esas primeras ventas que hoy han subido considerablemente a pesar del particular momento del país desde principios de 2018 hasta el presente.

En casa no solo se soportaron largas noches, de invierno y de verano, mientras aporreaba al teclado de la PC, también se confeccionaron las cajitas de madera donde irían los "sacapuntas Eagles" en tiempo récord pues se venían varias presentaciones para ese mismo mes.

No había manera de saber aún que recepción tendría en el público y mucho menos si los medios de información habían tomado nota del aniversario que se acercaba. 

Lo primero se sabría en apenas 24 horas, para lo segundo habría que esperar dos meses más; pero lo más importante ya estaba en marcha, "Huellas en la Luna" había "alunizado" en Ituzaingó y estaba ansioso de salir al país y, por qué no, al mundo.

Si el lector lograba maravillarse y disfrutar en una décima parte de lo que yo disfruté escribiéndolo,  entonces la misión de divulgar una de las mayores hazañas de la humanidad estaría cumplida.