domingo, 8 de diciembre de 2019

Huellas en la Luna alunizó en el Planetario de La Plata

Otra presentación del libro, cargada con mucha energía y buena onda, fue en el Planetario de la Ciudad de La Plata, sería la siguiente parada de este maravilloso itinerario de Huellas en la Luna.



Como muchos habrán visto, Huellas en la Luna tiene una dedicación especial para Ricardo Garijo, el artista y escritor tandilense que supo traer a nuestro país gran parte de la magia de los vuelos espaciales de los 60 y 70 en sus trabajos, como aquella tira mítica llamada "Lomax: un viaje al espacio profundo" que aparecía todos los días en el diario La Razón en 1983.








Tuve la suerte de conocer a Garijo, aunque de modo virtual y en el último tramo de su vida, pero fue suficiente para que naciera esta entrevista que puede leerse aquí y que luego haría posible el final para la historia de Lomax que en su momento había quedado inconclusa por el cambio de autoridades del diario.

Quiso el destino que mi camino se cruzara con el de Diego Bagú, otro genial tandilense que supo ser amigo de Garijo y su familia y hoy es el director del Planetario de la Ciudad de La Plata, además de ser el poseedor de gran parte de sus trabajos.



Los trabajos de Garijo reflejan una pasión muy parecida a la que me guió durante toda mi vida, incluso para escribir este libro, la de documentar una gran hazaña como la del hombre en el espacio al detalle, con el rigor que una pasión puede dictar y con la vocación de divulgarla para toda la sociedad. 

Huellas en la Luna tuvo su presentación en La Plata la noche del viernes 19 de julio, faltando pocas horas para que todo el planeta celebrara el primer medio siglo de la primera caminata lunar por dos de sus representantes, Neil Armstrong y Buzz Aldrin.


La presentación estuvo acompañada de muchos trabajos originales de Ricardo Garijo, expuestos en el hall central del planetario, una vez concluida la charla, con la presencia de Adriana Goñi, viuda de Ricardo y gran parte de su familia, conmemorando los 10 años de su partida física.


Pero que nadie tenga dudas sobre la presencia de Ricardo Garijo en La Plata aquella mágica y emotiva noche.

Quiero agradecer a Diego Bagú, quien además de ofrecer sus amistad me abrió, una vez más, las puertas del Planetario de La Plata,  tan emblemática casa de estudios,  parte de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas, referente en todo el país. Gracias también a todo el equipo del planetario, por haber hecho que todo salga como estaba pensado y a las familias que concurrieron para sentir, nuevamente, la magia de la llegada del hombre a la Luna. 


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